Libertad
Esta mañana una clienta me revolvía todas las sensaciones, metía mis miedos y esperanzas en un saco y se las quería llevar consigo. Ella se probaba una chaqueta y yo sin que me lo pidiera le llevé un pantalón que me parecía hermoso. La chaqueta en cuestión era beige y el pantalón era de un tono gris. Con cara de haberle pisado el rabo al gato del vecino me dijo que de ningún modo, que aquello no pegaba. Yo confiada en mi buen gusto le traje una camisa blanquísima y cuando lo miró bien, a la distancia de tres palmos, me dijo que era sorprendente lo bien que se veía pero que ella eso no se lo ponía ni muerta, porque precisaba de mucho valor para salir a la calle con aquello. Estamos hablando de ponerse un atuendo con colores no tradicionales, no de saltar dentro de la jaula de un león, o de caminar desnuda por una calle de Tel Aviv. Yo le pregunté si le gustaba y dijo que si, pero que no estaba lista para romper con ese esquema. Se imaginan ahora mi desaliento, precisamente este año que un bicho nos ha arrebatado tantas libertades, cuando levantar la voz contra un gobierno ha metido a tantas familias en problemas, cuando ejercer una profesión como el periodismo ha costado tantas vidas en tantas diversas latitudes y seguimos entregando nuestras pequeñas libertades, esas que solo pueden ser subyugadas por nuestra mente. Este año Argentina logró que las mujeres pudieran decidir ser o no madres, Sudan finalmente prohibió la ablación, penando a aquel que mutile a una mujer escondido detrás de viejas tradiciones, Costa Rica legalizó el matrimonio igualitario, esas son grandes luchas por la libertad ¿y yo como simple individuo no voy a luchar por mis pequeños espacios anárquicos? No señor. A mi nadie me va a decir con quien, ni como me voy a la cama, que medidas son justas o cuantas veces a la semanas. A mi nadie me puede decir si los cuadros pegan con las rayas o el dorado con el plateado, mi espacio de libertad, pequeño, intimo, es mío y lo defenderé como a una gran república, con la pasión que me ahorro para otras revoluciones, que a lo mejor, también me corresponden.