Colisionador de Positrones
¿El enemigo de las mujeres? Nosotras mismas, el hombre del Neanderthal, la sociedad moderna, los reyes magos y el Kamasutra. En fin todos y nadie.
A mi me encanta hablar de los fantasmas que habitan en cada uno de nosotros aunque nunca he tenido ninguna experiencia paranormal. Para mi esos fantasmas son el yo deformado que creamos a partir de la historia colectiva e individual que es tan particular como cada uno de nosotros. Nos vemos como no somos, esperamos cosas irreales y como martillo mecánico en una calle europea, machacamos nuestra intuición diciendo que „no“ a todo lo que de bueno se nos ocurre. Está de mas aclarar que estos fantasmas de los que hablo son malos, a todo lo positivo me encanta llamarlo „ser de luz“, „fuerza interior positiva“, „cañandonga“ o „chulería“ en fin, todos los nombres lindos que se me ocurran.
En mi incipiente carrera como licenciada en ciencias ocultas y fuegos artificiales, no he tenido el modo de constatar nada de esto de lo que hablo, pero suena orgánico y me caigo y como yerba discutiendo sobre la veracidad de mi teoría con cualquiera.
Unos de estos fantasmas, o al menos uno de los que mas frecuenta mi tienda, es el del irreconocimiento corporal tumba-aliento. ¿Cómo se presenta? Pues por ejemplo, cuando las clientas entran por la puerta, con paso cabal y te pide la ropa que lleva puesta el maniquí. Tú desmontas el cacharro, se lo das después de destruir medio negocio y necesitar un plano de arquitecto para devolverle a la muñeca su estado original, mientras le comentas que tienes otras tallas que ella pudiera probar. Su negativa y cara de seguridad son un detalle importante.La acompañas a la cabina y pum!!! …al primer contacto con la prenda el bicho sale y es una batalla campal lo que me dejan en aquel cubículo. La ropa estrujada como si hubiera estado antes empaquetada al vacío, machucada, pisoteada, mordida por un rumiante; las perchas tiradas por el piso o colgadas en lugares a los que ser humano no puede acceder. Normalmente estos encuentros suelen tomar tiempo y ser silenciosos porque el escándalo va por dentro. Cuando la víctima sale, se escurren por la tienda, evita el contacto visual y lleva consigo las marcas del encuentro. Pero yo suelo ser una vendedora que conoce hasta donde viven las cucarachas en mi tienda, así que cualquier movimiento lo tengo bajo control. Yo me acerco sigilosa y salto como en una emboscada. Les pregunto, „¿cómo fue, no le gustó?“ y entonces me dicen que no se veía como en la muñeca. Eso lo sabía yo y le aclaro que no es posible que sea así. Las maniquíes son como percheros no representativos de las proporciones de las mujeres. Al menos las de mi tienda tienen casi dos metros de estatura, con la cintura de un frijol y asumen unas posiciones que le desmontarían la cadera hasta Svetlana Plisetskaya, así les robo una sonrisa y con cada sonrisa un centímetro de terreno al fantasma tumba-aliento. Con cara de niña a la que se le ha caído el caramelo en un fanguero, casi siempre susurran, con la mirada, „pero se veía tan lindo“. Y empieza la discusión. ¿Por qué no hacen maniquíes que representen a la mujeres reales? Yo me pregunto, ¿a cuál, a Yusimi, a Maria del Carmen o a Norma Teté?, porque si se decidieras por una, entonces estaríamos discriminando a las otras. ¿A quién tomarían por modelo? ¿A una operada hasta el cielo de la boca con la silueta de Jessica Rabitt?¿A una que ha tenido siete hijos y las cuclillas que ha hecho en su vida no han pasado de sus intentos de recoger los pañales que se le caen de la tendera en modo sexy?¿A una mujerona de la tribu Himba, que no ha habido cultura que no caiga rendida ante su belleza?¿O a una mujer con el síndrome de Duchenne a la que su cuerpo le funciona mas veces como cárcel que como templo? No es posible, yo prefiero los cantos a la armonía simétrica, las figuras fantásticas y el arte en las ventanas de los negocios, antes que un ir y venir de maniquíes que tampoco me representen. Lo importante es mirarse, apreciarse y coger un centímetro en la mano con la tranquilidad que una bibliotecaria y amarse. Lo triste es que este fantasma usa cualquier códigos para destruir la autoestima y decirle a mis clientas, „eres chiquita, eres gorda, eres flaca, eres fea, eres pobre, eres tacaña“, porque a este desgraciado le encantan los adjetivos. La peor es que este fantasmas tiene aliados, aliados que toman las historias, los comentarios de las calles, los artículos de las revistas, los videos tiktok y los manipulan y te hacen creer que no eres buena madres, ni eficiente profesional, que eres mala amante y que tu palabra tiene el peso de un comino. Pues no se preocupen que en mis estudios yo tengo una propuesta de colisionador de positrones interno. Es una receta infalible, según mis estadísticas funciona diez de cada diez veces, siempre y cuando estés en el medio adapto, entiéndase alejado a mas de cincuenta metros de personas tóxicas. Como yo creo que lo importante de acceder al conocimiento es poder compartirlo, les diré cuál es la receta. Tres cubos de ego, si, ese mismo que han querido endemoniar los que pretenden que no te quieras; un tanque y medio de amor familiar, porque la familia es un centro de energía potente y maravilloso; un diente de ajo, porque con ajo todo es sabroso, además de sus propiedades esotéricas antivampiriles; mucho atención con el medio ambiente; y repetir mil cuatrocientas noventa y dos veces „que buena estoy, que buena soy, que me pare el que me encuentre el freno“. Todo eso se bate y se unta con tres cuartas partes de quimbombó y vaselina, dos veces al día, por toda la vida. La dosis de la mañana es muy importante porque al día se le entra limpio de mala vibra y antes de dormir hace falta otro cañangazo. La observación es primordial, porque el entorno habla. Si tu hijo no maltrata ni a personas ni a animales, se emociona y ríe, es la confirmación de que lo has echo espectacular como madre. Si sentada en una cantina hay alguien que solo tiene ojos para disfrutar tu risa, y no le importa si usas la cuarenta y seis o la treinta y dos, fue un total acierto la toma de decisión, las almas se encuentran y no importa el cuerpo, deja que Rambha se apodere de ti y goza. Siendo un observador activo de tu entorno, no hay mala lengua que te cambie el PH. Solo tú eres capaz de poner el límite, no permitas que fantasmas ni nadie toque o dañe lo más preciado que tienes, a ti misma.