pa atrá, a coger impulso

 
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Esta semana estoy de vacaciones. Y entre mis actividades recreativas favoritas están las tandas de documentales y las películas de baja factura. Me encanta esa visión con recorte económico que tienen tantos directores de las casas de cultura de Massachusetts y Wisconsin. Pero esta vez el espacio de mi corazón especializado a los medios audiovisuales ha sido robado por una serie de Netflix sobre el imperio romano. Cesar, Calígula y mis obsesiones por los efectos humectantes del poder. En fin, que a la par que veía la serie pensaba en el desarrollo de la psiquiatría y el tránsito histórico del concepto perversión. Ya se que estar mucho tiempo bajo el sol sin beber suficientemente agua puede ser peligroso, pero sarna con gusto no pica. 

Llegué al tema porque si los psiquiatras siguen dándole nombres a todas nuestras reacciones emocionales no vamos a quedar títere con cabeza. Si pienso en todos esos emperadores, el que no sufría de paranoia persecutoria, y no era para menos, tenía síndrome de atención, el que no era alcohólico o tenía síndrome de Diógenes. Y todo eso era antes de Cristo, lo que le siguió después fue carcañal de indígena y a estos nuevos- viejos locos no ha habido nadie que le de el medicamento a tiempo. Cada continente ha tenido el suyo, un elegido salvador, que nació en un volcán o lo trajo un viento de agua. Levántate tú con ese discursito hoy en día, con la cantidad de leyes y enfermedades que tienen inventados, las instituciones del estado o los médicos te ponen clorodiazepoxido hasta en supositorio. 

El punto es que como mismo la psiquiatría ha ido poniendo nombre a todo, también ha ido categorizando a trocha y mocha. Quien no es loco, está imposibilitado y quien no, discriminado. Hasta entonces muchos pueblos vivían la sexualidad con tanta naturalidad que la gente se apareaba o convivía sin pensar mas que en la mejoría de sus vienes materiales y el amor, podría decirse como hoy pero con mas libertades. Esto era muy grotesco para algunos, así que refinaron la técnica y empezaron a aparecer las famosas perversiones, que si Eva fue un putón, que si Trajano a pesar de ser el último gran conquistador emperador, era una vergüenza por someter a sus jóvenes amantes como había hecho con los helénicos, que que si la china del bandage estaba mala de los nervios y así acabaron controlando a juglares y cantores por décadas. Los locos maravillosos que entonces hacían arte, ahora estaban tranquilos con ritalina y camisas de fuerza a cuadros de Burberry

Todo lo que sea un acto consensual entre seres vivos en plena capacidad de decisión no es perversión, según yo, aunque tengo con un par de aclaraciones. Pervertido y aberrante no son lo mismo. Aclaro porque cuando yo tengo esos días donde me pongo mas de seis colores, lentejuelas y gorro de ranchero soy aberrante pero no pervertida. Hoy en día las perversiones penalizadas son cada vez menos, pero los pueblos necesitan siempre mas tiempo en asimilar los cambios.  Aunque yo te digo una cosa, si esa lista la hiciera una cuarentona como yo, alejada desde hace quince años del área de cobertura, te cuento que tendrían que publicar por tomos como con la enciclopedia. Pervertido es, además de la pedofilia, la violación, la necrofilia, que cada vez que le digas a un hombre que eres bailarina se antoje de hacer contigo un nudo en una cama. Señores, que tengo más de cuarenta años, que no bailo ni en la ducha, y mis articulaciones suenan mas que el guayo de Catalina. A estas alturas del partido a mí me traquean un dedo y arranco pal teléfono a denunciar por violencia doméstica.

Los hombres están tan preocupados por la irrigación de sangre en su pene que se les olvida el cuarto de al lado. Tienen tanta preocupación por la puntuación de su actuación ni que la cama fuera un escenario de bailando con las estrellas. Los bien dotados, y esto lo dejo a la percepción de cada cual, casi siempre lo que quieren es impresionar y mear en cada esquina para marcar el terreno como los perros. En cambio hay otra categoría que a lo mejor cree que debería poner la fuerza en otras zonas y poon, ese ente lo entendió todo. La fantasía y la preparación del acto toma protagonismo y pone al coito en un lugar casi secundario. No podemos olvidar que la vagina no tiene terminaciones nerviosas, así que si te quieres ganar el galardón del año deberías ver más documentales sobre los romanos. La periferia, el jolgorio, un ambiente litúrgico y sin pretensiones de futuro son bases solidas para tener una vida sexual activa y divertida. No digo que sea una ciencia exacta, porque cada cuerpo es un mundo, pero el mito del medio metro no se lo cree nadie.

Yo coincido totalmente con aquellos que dicen que vivimos en una sociedad donde el sexo es mas tabú que nunca, donde estamos rodeados de él, pero en serio se habla poco. El otro día conversaba con una amiga y me decía que no tenía tantas experiencia como para sentir la hipersexualización en la cotidianidad. Se me desmontó la quijá. „mira muchacha yo nací antes del punto com, lo mas cercano a un porno que yo veía eran los ajustadores de mis vecinas colgadas en las tendederas, pero tú, desde que abres el teléfono estas consumiendo sexo en todas sus variantes.“ Hay mucha gente conservadora que ataca cualquier forma de amor, pero que detrás del telón no se sabe si quieren conservar la disciplina de Maria Teresa de Calcuta o las fiestecitas paganas de Trimalcione. Yo prefiero ver amor que odio, normalización antes que segregación, besos regados antes que tiranos locos dirigiendo legiones para ponernos mas distantes, para hacernos más débiles. 

 
SaludTatiana Garcia MarquezComentario