encuesta pre primaveral

 

Yo no entendía de donde salía el miedo de muchas mujeres. Unas, que si después de la menopausia no se mojarían, o que les bajaba la líbido. Como si el filosofo no hubiera dicho nunca que con paciencia y salivita el elefante le había hecho el amor a la hormiguita. Me rompía la cabeza y seguía sin comprender a que se debía el pánico de otras tantas de no sentir mas después de una cierta edad. En mi mente lo veía como una forma de isquemia cerebral que te tumbaba la sensación de la cintura para abajo. Lo peor es que todavía no me entero. 

Cuando comencé mi camino por este laberinto de la sexualidad, supe que se divertiría mucho solo uno y que cuando eso sucediera pues se acababa el juego, pero que mi cuerpo se encendiera y apagara como un semáforo a medida que cumplía años, eso no me parecía justo. Hasta entonces yo creía que si estabas seca, de modo discreto te las agenciabas para traer humedad a tu zona pélvica y pa alante el carro. Mis amantes no eran muy observadores que digamos, o a lo mejor tenían el síndrome de deficit de atención, la cosa es que yo como tenia muy claro que la cosa no andaría como en las películas, llevaba a los encuentros pencas de salvia, pozuelos de quimbombó, gelatina en polvo y de cuanto ungüento hubiera. Si ya a los veinte años parecía una bruja rodeadas con pomos con bigotes de camarones, huevos de toro embalsamados y hasta la teta de una chiva, como enfrentaría yo la temida menopausias? 

No se que paso aquel día que me llamé a capitulo y me armé de valor para deshacerme de todos los brebajes y del último amante. No podía ser que un proceso tan completo y relevante cayera manos que de quien no podía ni abrocharse los zapatos de solo, imagina un cunnilinguo.

No fue hasta que puse un montón de kilómetros entre mis obstáculos y el camino, que me demostré que yo había estado con la persona equivocada y que no importa el estado de tus hormonas para disfrutar del cariñito con morbo que a muchos nos agrada. 

Sabes que es realmente efectivo para eliminar la libido, el miedo. Y no hablo de la cultura del miedo, que si el viejo del saco, el calendario los mayas o la invasión extraterrestre. Hablo del miedo real, que un loco se invente una guerra, que todo sea tan estable como caminar con una bandeja llenas de copas con champan por el borde de un barranco. El miedo aberrante del futuro inmediato, el miedo a los silencios gubernamentales, el miedo a pasarte de copas mientras la jauria se multiplica y espera cualquier error para aniquilarte el alma. Disculpen los detalles violentos, asumo que todos saben de lo que hablo, en estos momentos donde intentamos como psicópatas, vivir una vida normal.

El punto es que se va acercando mi cumpleaños cuarenta y cinco y yo tengo unos deseos increíbles de revolución. No se si es para saberme viva, o para despertar el flujo de adrenalina que hasta hace unos años funcionaba como gasolina para este cuerpo. 

Y tú? Por donde andas ahora? Levantando capas de miedos sin base científica o arropada en la tranquilidad de los años? Fingiendo que lo sabes todo para que nadie venga a husmear? yo no pretendo seguir escondiéndome detrás de la cara de la experiencia. Yo quiero mas de todo. mas de todo lo bueno, lo que despierte mi curiosidad y me haga bailar bajo la lluvia.