Erotika más
Hace unos días compré por Amazon un libro de un escritor cubano que vive en Cataluña. La vida por aquí es tan agitada como en cualquier ciudad del mundo, por lo que se imaginarán que el libro estuvo dando vueltas en mi cartera hasta que en la paz de veinte minutos me decidí a abrirlo. Sorpresa, aquello no era una novela, ni un cuento, ni poesía, ni na. Aquello era todo eso y más. Encontré entre los textos su adoración desbordada por nosotras las mujeres y mucha, amorosamente, explicita, sexualidad. Pues que les cuento, que inmersa en el masacoteo literario entró en la cantina una vendedora de la tienda y me preguntó „Qué lees?“ Yo no sabía que decirle. En ese mismo momento mi vista pasaba por encima de frases que hablaban de lenguas y sexo oral. ¿Cómo resumirle en palabras pobres lo que de pobre no tenía nada? Estoy leyendo a través de los ojos de un hombre el cuerpo de mil mujeres, sus pubis, su pezones, e incluso la relación geométrica de sus labios inferiores, superiores, exteriores e interiores. Pues eso no se lo podía decir. Así que le solté al mejor estilo mojigato „Es un libro de un coterráneo“ Como después de salir de la escuela primaria no volví a forrar mas nunca un libro, el título me delató „Erotika Summa“. Ella no se escandalizó, se sentó frente a mí mirando a soslayo, mientras intentaba descubrir de que trataba el libro. Yo ojeando, exponía las fotos de cuerpos desnudos acompañados de textos. Dando migajas a mi curiosa acompañante. No habían pasado ni cinco minutos y su energía era tan insistente que detuvo mi lectura. A ex profeso dejé abierta sobre la mesa la página ciento trece, donde la foto de dos mujeres desnudas con una cantidad de bello púbico como para un abrigo de invierno, rompían con la tranquilidad de aquella pobre muchacha. „¿Qué quieres saber?“ Ruborizada, no sabía dónde mirar, esta niña que nació en la época de las depilaciones láser, muy probablemente no entendía ni papas de la fotografía. Mi intención no era incomodarla, sino dialogar. Cerré el libro y le volví a preguntar. „¿Qué quieres saber?“ „Nada, sigue leyendo, no te molestaré“ „No me molestas, dime, que pasa“ „Tú has estado con alguien que la tiene tan grande que no te cabe?“ Ahora la choqueada era yo. La chiquilla había dado un salto mortal con un par de muelles puestos, y saltó del silencio al desparpajo total, sin pegar un pie en el piso. Como yo había preguntado y me la estaba dando de civilizada y abierta con mi libro, pues no me quedaba otra que estar a la altura de las circunstancias. „Si, y no era por las dimensiones. Al final no el tipo para mí“- „Cómo es eso“ -„Mira yo tengo una teoría de la comunicación corporal que un día desarrollaré, patentaré y me haré millonaria con ella. No existe ni mujer estrecha ni hombre inmenso. Yo creo que tenemos que ver menos internet y escuchar más a nuestro cuerpo. Cuando escuchas a tu cuerpo, y no dejas que las emociones vengan del lado materialista del hipotálamo, sabes que es bueno para ti o no. Los hombre la tienen fácil, tienen una erección por/con una persona y así dejan claro si les gusta y san se acabó. Pero como las mujeres creemos que tenemos la tapa de un bolsillo entre las piernas, si no se abre lo humedecemos con quimbombó y que pare quien tenga frenos; si tienes espacio para tres como él, cerramos las piernas, pensamos en la crisis y la devaluación de la moneda nacional y todo queda apretado en dos por tres; si nuestro galán es un gran danés lo enrollamos en una toalla de playa para calibrar y aquí paz y en el cielo gloria. Pero en realidad todas son estrategias para no reconocer que no es la persona justa para ti. El cuerpo siempre habla alto y claro, si le das un beso y le partes un diente, te le encaramas como en los carnavales y le rompes una costilla, haces el amor y se te rasga la piel de la vagina… mima que mas señales tú quieres? ¿Qué se personifique el universo y te diga que hay mas hombres en el mundo, que corras de allí sin mirar atrás, así sea el príncipe de tus sueños con los ojos rubios y los dientes rubios como el novio de Lidia Elena? Si escucháramos mas al cuerpo y desde la horizontalidad creáramos un puente de afectos, seríamos mas sinceros, no tuviéramos la mala fama de fingir orgasmos a lo Donna Summer y fuéramos todas mas felices. El amor romántico lo intentó uno que no sabía que hacer en la cama, que solo tenía dinero y un corcel azul. Es que Arsenio lo dice, Arsenio es el escritor de este libro, claro él no sabe de mi teoría pero lo dice con sus palabras, hay que dejar de intelectualizar algo tan maravilloso y primitivo como el sexo „…pudiéramos jugar así en el año dedicado al Quijote de Cervantes, pero también se puede estar en silencio“ Y es en silencio que el cuerpo se expresa mejor, te lo digo yo que ni amordazada paro de hablar“ Ella estaba balbuceando durante el impacto, fue un mazazo de información, pero creo que entendió. ¿Entonces que debo hacer? No lo sé, es tu vida, tu cuerpo, tu verdad. Solo te digo que nada vale mas que el calor de un beso que te haga vibrar, un beso que dilate y de paz y eso no se aprende, se siente. Si la otra persona es hombre, mujer o un libro, es tu decisión, si es lindo o viejo, rico o hecho a pedazos, es la experiencia lo que importa, todo lo demás puede ser o no ser. Su cara había cambiado de color, mi alarma sonó y tuve que regresar al trabajo. Creo que buscaré Erotika Summa en alemán para regalárselo, así entenderá que hay mas hombres en el mundo, que siempre será maravillosa y ardiente en los ojos de alguien, en uno que a lo mejor, incluso, le haga un poema a la doble costura de su tanga.
https://www.amazon.de/EROTIKA-SUMMA-Arsenio-Rodr%C3%ADguez-Quintana/dp/1091554730