La Cabina Roja

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Algo-ritmo

Que cansadita me tiene el algoritmo de Facebook. No me deja ni un minuto en paz sin gritarme a los ojos que ya no tengo veinte años. Cada tres post de mis amigos me aparece un artículo con el título „Los cinco colores que te harán sentir empoderada después de los cuarenta años“, como si el tema del empoderamiento no tuviera que ver mas con ser independiente psíquica, física y financieramente. „ Las cuatro piezas que no te pueden faltar en el armario si quieres verte fresca a partir de los cuarenta años“, sabes que me hace fresca a mí, vacaciones en una playa del Caribe y no tener que trabajar mas de cuarenta y dos horas a la semana.“La moda que te hará sentir nuevamente joven, a partir de los cuarenta años“, pero… es que me perdí de algo. Me tratan como una nueva especie en los medios sociales o soy yo quien solo veo publicidad de operaciones de glúteos y blanqueamiento de dientes por todos lados. En fin que estoy muy aburrida de esto. Este es un juego viejo y barato que lo conocemos todas las que pasamos por los brazos de algún amor tóxicos. No pueden con tu alma, pues lo intentarán con tu cuerpo. Ahora entiendo porque llegan a mi tienda tantas clientas rotas, tantas mujeres que hasta hace poco se sentían bellas pero Facebook, Instagram, Tik Tok superan a las revistas de los noventas y entran gratis en cada teléfono y en cada cerebro. 

Hace poco una mujer bellísima me decía que no se podía comprar un brasier de encajes porque los hombres de hoy eran muy difíciles. Yo, que me encuentro tan metida en el tema del hoy y del ayer, le pregunté de que hablaba. Me dijo que su ex le decía que se debía operar los senos porque los tenía muy grandes y caídos, que no se parecían a los de las modelos. Yo tuve que reír. Le dije, „que suerte tuvo ese, de no decirme tal barbaridad a mí, porque le hubiera dicho que me operaría el mismo día en que él se operara el escroto, pues también era grande y pendía como mis senos, además tampoco se parecía al de los actores que yo solía admirar“ Ella se moría de risa y para rematar le solté - “Cariño, tenemos que aprender a defendernos porque estamos rodeadas y no de agua. La persona que se meta con tu cuerpo no merece tu atención ni tu respeto”- Entonces como caídas del cielo, mis palabras rebotan en mi cabeza cuando llegan las vacaciones y yo le regalo miles de minutos de mi atención a Facebook, Instagram y Tik Tok que no hacen mas que meterse con mi cuerpo y destruir mis expectativas. Despertando solo envidia y mala sanidad. Porque yo pasaré mis vacaciones en el sofá, viendo el resto del mundo tras una pantalla que se broncea y brinda con felicidad y éxitos, mientras al lado una publicidad, seguro dirigida por alguien que odia a las mujeres, me dice que colores pegan, que largo de falda o que corte de cabello debo usar para que me vea mejor, como una mujer madura. Pues querido algoritmo que crees saberlo todo, yo supero los cuarenta, aún no maduro y no está en mis planes, como primera información; segundo, mi idea de la moda tiene como principio que todo lo que me gusta pega y me lo pongo como me da la gana y cuando me da la gana. Ah! y me tomo la atribución, a pesar de tu elevada inteligencia, de hacerte un par de correcciones para tus próximos artículos. Sabes que no pega a partir de los cuarenta años; que no hayas aprendido que nada es para siempre, que quieras ayudar a quien no quiere ser ayudado, que no sepas que siempre hay un mañana mejor, que el amor se cura con amor, que todo lo maravilloso necesita tiempo como la procreación, los besos, las lasañas. Que lo único rápido en la vida que es bueno es el huevo en tres minutos. En fin que lo importante de llevar en los cuarenta en una buena cantidad de deseos de vivir y de volver a comenzar. Somos una sociedad longeva y nadie nos dijo que nos saldrían arrugas, pero tampoco nos dijeron que sabría mejor el vino. En fin algoritmo, tendrás que seguir torturando a la generación Z y a los milenial porque a las chicas antes de los setenta no nos salen ronchas con tus indirectas.